La paroxetina es un fármaco que pertenece al grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que se usan para tratar diversos trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, el pánico, el trastorno obsesivo compulsivo y la fobia social. La paroxetina funciona al aumentar la cantidad de serotonina disponible en el cerebro, lo que ayuda a mejorar el equilibrio mental y el bienestar emocional.
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Beneficios de la paroxetina
La paroxetina puede tener varios beneficios para las personas que sufren de alguna condición psicológica que afecta su calidad de vida. Algunos de estos beneficios son:
- Aliviar los síntomas de la depresión, como la tristeza, la apatía, la culpa, el cansancio y la falta de interés.
- Reducir los niveles de ansiedad, el nerviosismo, el miedo y las preocupaciones excesivas.
- Controlar los ataques de pánico, que se caracterizan por una sensación de terror, palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar y mareos.
- Disminuir las obsesiones y compulsiones, que son pensamientos o acciones repetitivos e irracionales que interfieren con la vida diaria.
- Mejorar la autoestima, la confianza y las habilidades sociales en personas con fobia social o timidez.
- Ayudar a superar los traumas y los recuerdos negativos asociados a eventos estresantes o violentos.
Cómo tomar paroxetina
La paroxetina se administra por vía oral, generalmente una vez al día, preferiblemente por la mañana junto con las comidas. La dosis inicial suele ser de 20 mg al día, pero puede variar según el criterio del médico y la respuesta del paciente. La dosis máxima recomendada es de 50 mg al día. Es importante seguir las indicaciones del médico y no modificar ni suspender el tratamiento sin su consentimiento. La paroxetina puede tardar entre 4 y 6 semanas en hacer efecto, por lo que se requiere paciencia y constancia.
¿Cómo te hace sentir la paroxetina?
La paroxetina puede hacerte sentir mejor si padeces de algún trastorno mental que afecta tu estado de ánimo. Puede ayudarte a sentirte más tranquilo, optimista, motivado y satisfecho con tu vida. Sin embargo, también puede tener algunos efectos secundarios que pueden hacerte sentir mal o incómodo. Estos efectos pueden variar según cada persona y suelen disminuir con el tiempo. Algunos de los efectos secundarios más comunes son:
- Náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento.
- Somnolencia, insomnio o sueños extraños.
- Dolor de cabeza, mareos o temblores.
- Disminución del apetito o aumento de peso.
- Sequedad de boca o sudoración excesiva.
- Disminución del deseo o del rendimiento sexual.
- Ansiedad, irritabilidad o cambios de humor.
¿Qué se siente los primeros días de tomar paroxetina?
Los primeros días de tomar paroxetina pueden ser difíciles para algunas personas. Es posible que no notes ningún cambio positivo en tu estado de ánimo o que incluso te sientas peor. Esto se debe a que el medicamento necesita tiempo para actuar sobre tu cerebro y regular tus niveles de serotonina. Además, es posible que experimentes algunos efectos secundarios molestos como náuseas, somnolencia o ansiedad. Estos efectos suelen ser temporales y se alivian con el paso de las semanas. Por eso, es importante que no te desanimes ni abandones el tratamiento. Si tienes alguna duda o malestar, consulta con tu médico o farmacéutico.
¿Qué pasa si tomo paroxetina en la noche?
La paroxetina se recomienda tomar por la mañana, ya que puede causar insomnio si se toma en la noche. Sin embargo, algunas personas pueden preferir tomarla en la noche si les produce somnolencia o si tienen problemas para despertarse por la mañana. En ese caso, se debe consultar con el médico para ajustar la dosis y el horario de la paroxetina. También se debe evitar tomar alcohol, cafeína u otras sustancias que puedan interferir con el sueño o con el efecto del medicamento.
La paroxetina engorda?
La paroxetina puede causar un aumento de peso en algunas personas, sobre todo si se toma durante un tiempo prolongado. Esto se debe a que el medicamento puede alterar el metabolismo, el apetito o los hábitos alimenticios. No obstante, el aumento de peso no es inevitable ni generalizado. Algunas personas pueden mantener o incluso perder peso mientras toman paroxetina. Para prevenir o controlar el aumento de peso, se recomienda llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico regularmente. También se puede consultar con el médico para evaluar la posibilidad de cambiar a otro antidepresivo que no tenga este efecto secundario.
Contraindicaciones de la paroxetina
La paroxetina está contraindicada en algunas situaciones o condiciones médicas. No se debe tomar paroxetina si:
- Se es alérgico a la paroxetina o a algún otro componente del medicamento.
- Se está tomando otro antidepresivo del grupo de los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), ya que puede causar una reacción grave o potencialmente mortal. Se debe esperar al menos 14 días entre la suspensión del IMAO y el inicio de la paroxetina, y viceversa.
- Se está tomando tamoxifeno, un medicamento usado para tratar el cáncer de mama, ya que la paroxetina puede reducir su efectividad.
- Se tiene una enfermedad hepática o renal grave, ya que puede ser necesario ajustar la dosis de la paroxetina.
- Se tiene antecedentes de convulsiones, glaucoma, hemorragias, diabetes o trastorno bipolar, ya que la paroxetina puede empeorar estas condiciones o requerir un seguimiento especial.
Además, se debe informar al médico si se está embarazada, se planea quedar embarazada o se está amamantando, ya que la paroxetina puede tener efectos adversos sobre el feto o el bebé. También se debe informar al médico si se está tomando algún otro medicamento, suplemento o hierba medicinal, ya que la paroxetina puede interactuar con ellos y causar efectos indeseados.
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Efectos secundarios de la paroxetina
La paroxetina puede tener algunos efectos secundarios que pueden afectar a diferentes partes del cuerpo. Algunos de estos efectos son:
- Efectos gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, indigestión, sequedad de boca.
- Efectos neurológicos: somnolencia, insomnio, sueños extraños, dolor de cabeza, mareos, temblores, nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, cambios de humor.
- Efectos cardiovasculares: palpitaciones, taquicardia, hipertensión, hipotensión.
- Efectos genitourinarios: disminución del deseo o del rendimiento sexual, impotencia, eyaculación retardada o precoz, anorgasmia.
- Efectos endocrinos: disminución del apetito o aumento de peso, alteraciones menstruales.
- Efectos dermatológicos: sudoración excesiva, erupción cutánea, prurito.